Ama a Dios. Ama a las personas

 

Ama a Dios y ama a las personas. Este dicho se ve mucho en el mundo cristiano. Lo vemos en camisetas, bolsas de mano, tazas de café y muchos otros lugares. En los pasajes que leemos hoy, Mateo 22:34-40 y Marcos 12:28-34, vemos cómo vivir este dicho. 

 

En primer lugar, debemos situarnos en el contexto. En Mateo 22:15, los fariseos querían «atrapar [a Jesús] con sus propias palabras». Pensaron que podrían lograrlo a través de la pregunta: «¿Cuál es el mandamiento más grande de la Ley?». La respuesta de Jesús fue clara y sencilla. Respondió que el primer y más grande mandamiento es amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, alma y mente. Dijo que el segundo es semejante: amar al prójimo como a uno mismo. Aquí lo vemos. Amar a Dios y amar a la gente. 

 

Es fácil portar una camiseta que diga: «Ama a Dios y ama a la gente», pero vivir esas dos cosas no es nada fácil. Es un llamado de lo alto. Dios nos llama a algo que no podemos hacer con nuestras propias fuerzas. Necesitamos que Él nos ayude a hacer estas cosas. 

 

 

Amar a Dios

 

Amarlo con todo tu corazón, alma y mente requiere venir diariamente ante el Señor y pedirle que te ayude a amarlo de estas maneras. Significa que tu corazón no está dividido. Es adorar sólo a Dios y deshacerse de los ídolos. Amarle con toda tu alma significa encontrar satisfacción en Él. Es saber qué otras cosas no pueden llenarte por mucho que pretendas hacerlo. Amarle con toda tu mente significa que tu mente está puesta en Él y en hacer lo que Él te dice que hagas. Esta no es una lista exhaustiva de lo que significa cada una de estas cosas. Puede ser fácil leer esto y pensar que es una lista de cosas por hacer. Pero para verdaderamente amar a Dios con todo tu ser, necesitas que el Señor te empodere. 

 

 

Amar a la gente

 

El segundo mandamiento es amar a tu prójima como a ti misma. De nuevo, esto es algo que no puedes hacer por ti misma. A medida que el Señor te ayuda a amarlo con todo tu corazón, alma y mente, el desbordamiento de eso es amar a tu prójima como a ti misma. 

 

La pregunta que naturalmente fluye de este mandamiento es: «¿Quién es mi prójima?». La palabra prójima en Mateo 22:39 significa cualquier persona con quien vivimos o a quien tenemos la oportunidad de conocer. Así que cuando pensamos en amar a nuestra prójima, tenemos que pensar en aquellas con quienes vivimos ya sea nuestras compañeras de vivienda, esposos, hijos o cualquier persona que conozcamos. 

 

¿La persona que vive al lado? Sí. ¿La compañera de trabajo con la que no tienes nada en común? Sí. ¿La amiga que tiene una opinión política completamente opuesta a la tuya? Sí. ¿La cajera del supermercado? Sí. Cuando adoptamos una visión global de quién es nuestro prójima, rápidamente queda claro que no podemos amar a nuestra prójima como a nosotras mismas por nuestras propias fuerzas. 

 

 

Vivir una vida de amor

 

¿De qué maneras puedes crecer esta semana en Amarle con todo lo que eres y en amar a tu prójima como a ti misma? Algunas preguntas para pensar mientras buscas crecer en estas áreas: ¿Qué ídolos estoy permitiendo en mi vida, o qué estoy adorando aparte de Dios? ¿Qué estoy buscando para satisfacerme aparte del Señor (una relación, las redes sociales, el alcohol, el ejercicio, etc.)? ¿En qué dejo que medite mi mente? ¿A quién necesitas amar como a ti misma?

 

Que estas preguntas y las palabras de Cristo nos motiven a amar a Dios grandemente con toda nuestra vida, no por deber sino por respuesta al amor que hemos recibido en Cristo. 

 

Mary Leslie

 

Estudio Bíblico Relacionado

Recibe nuestras actualizaciones

Recientes