Algunas Cosas Llevan su Tiempo

“No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también cosechará. El que siembra para su carne, de su carne cosechará destrucción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien, porque a su tiempo cosecharemos, si no nos desanimamos”. –Gálatas 6:7–9

 

Todas hemos enfrentado situaciones en las que es tentador darse por vencida porque no estamos viendo ningún fruto de los actos fieles de obediencia que estamos sembrando en nuestra vida. Tal vez empezamos a cansarnos de esperar, de intentarlo, de no ver ningún resultado, de hacer las cosas correctas.

 

Te animo: no dejes de hacer las cosas correctas porque sientes que la obediencia no está haciendo la diferencia. No te rindas cuando empieces a preguntarte si las cosas cambiarán alguna vez. Puede que no no veas el progreso que desearías ver hoy, pero algunas cosas toman tiempo. La cosecha siempre vendrá de la semilla sembrada. Realmente cosecharemos lo que sembremos.

 

A Dios no se le escapa nada. Lo bueno o lo malo. Dios no pasa por alto la obediencia fiel de Sus hijos, como tampoco las acciones infieles de otros que parecen salirse con la suya. 

 

Hay una cosecha asegurada, una promesa de Dios para nosotras si no dejamos de sembrar buenas semillas en la fe: semillas de amor, gracia, obediencia, diligencia, decisiones sabias, paz o perdón; a medida que sembramos esas cosas, producirán vida, esperanza y victoria en nuestras vidas. Si has estado haciendo las cosas correctas, sigue haciéndolo. Sigue construyendo sobre Su promesa fiel. Si no nos cansamos de hacer el bien, cosecharemos a su debido tiempo.

 

Es solo cuestión de tiempo. Poco a poco, día tras día, seguimos sembrando en las cosas del Espíritu. Puede que no parezca que esté sucediendo mucho en este momento, pero dale tiempo. Mantente fiel. Sigue haciendo lo correcto. No pasará mucho tiempo antes de que veas que las semillas de la fidelidad producen hermosos frutos en tu vida, y tendrás una historia y un testimonio para compartir de la fidelidad de Dios con respecto a Sus promesas en tu vida.

 

No nos demos por vencidas; no nos cansemos de hacer el bien, y mantengamos el rumbo para esa victoria asegurada. Mantengamos el rumbo de la fe y en la expectativa llena de esperanza, creyendo que Él está produciendo una cosecha de promesa y avance en nuestras vidas en el momento adecuado.

 

Dios no te está privando del bien; Él está profundizando algo en ti en el proceso del tiempo. Él está velando por Su Palabra para realizarla en tu vida. Nunca nos avergonzaremos si seguimos Sus caminos y vivimos de acuerdo a Su Palabra. Él es un buen Padre, y Él es siempre fiel. Él no es descuidado con nuestras vidas, ni ajeno a nuestros actos de fiel obediencia.  A Dios, nuestro Padre, no se le escapa nada. Él siempre tiene Sus ojos puestos en nosotras y Su mano en nuestras vidas.

 

Paso a paso, poco a poco, incluso cuando sientas que no vas rápido a ninguna parte, sigue haciendo lo que es correcto. Dios es un Dios de palabra. Él es cumplidor de promesas. Un día, miraremos hacia atrás y nos asombraremos de cómo Sus fieles promesas se han hecho realidad en nuestras vidas. Una buena cosecha llegará en el momento adecuado, es solo cuestión de tiempo.

 

Andrea

 

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