Alegría y Regocijo

 

“Y sacrificaron aquel día numerosas víctimas, y se regocijaron, porque Dios los había recreado con grande contentamiento; se alegraron también las mujeres y los niños; y el alborozo de Jerusalén fue oído desde lejos.”- Nehemías 12:43

 

En Cristo, no sólo nos hemos convertido en hijas del Rey, sino que también heredamos una alegría que supera todas y cada una de las circunstancias. Nehemías 8:10 nos recuerda que la alegría del Señor es nuestra fortaleza.

 

Aunque el dolor y la pérdida han sido compañeros frecuentes míos en estos últimos diez años, puedo decir con confianza que mi vida ha estado marcada por el gozo. Un gozo que no tiene sentido a simple vista. Un gozo que incluso ha sido cuestionado por otros sobre si era real o no. Un gozo que incluso el enemigo ha tratado de convencerme de que era un rasgo de personalidad de “el vaso medio lleno” en lugar de un gozo verdadero y duradero que Dios me ha dado. 

 

Todas encontraremos temporadas de dificultad, desilusión, traición y pérdida en algún momento de nuestras vidas. El dolor está garantizado. La Biblia nos dice que la lluvia cae sobre las malas y las  buenas (ver Mateo 5:45). Aunque no siempre podemos elegir lo que perdemos, podemos decidir ahora cómo responderemos cuando llegue ese día. 

 

Ha habido mucho dolor y dificultades a lo largo del libro de Nehemías, pero al llegar al final, específicamente en Nehemías 12:43, vemos la palabra gozo varias veces. ¡Gracias, Señor! Este versículo es un gran estímulo para mí y un gran recordatorio para seguir orando por los que sufren en nuestras vidas. 

 

Mientras caminas a través del dolor, obtienes la atención de los que te rodean. Como mi pastor no solo ha predicado, sino que él mismo lo ha vivido, “el dolor es un micrófono”. Es cierto, la gente tiende a callarse alrededor de los que están sufriendo. Muchas personas incluso se quedan sin palabras y el silencio se vuelve insoportablemente ruidoso a veces. Es en estos momentos cuando podemos pedir gozo al Señor. En lugar de desear que nuestros problemas desaparezcan, pídele que fortalezca tus hombros para llevar a cabo Su plan soberano para tu vida. No hay circunstancia en nuestras vidas que sea desconocida para Él. 

 

Creo que la adoración es nuestra arma y la gratitud es otra arma igualmente importante que deberíamos mantener cerca de nuestros corazones. 

 

Comprométete al gozo y la gratitud frente a la decepción y cambiará tu vida. Tus circunstancias pueden o no cambiar, pero tu corazón y tu perspectiva lo harán. 

 

Mientras pasaba por mi divorcio, vivía en el hogar conyugal y no podía seguir adelante y mudarme hasta que la casa se vendiera. No tenía los recursos financieros para hacer los cambios que desesperadamente quería hacer en esa temporada. Poco me imaginaba que permanecería en esa casa durante todo un año después de que finalizara el divorcio. Me pareció toda una vida. Tener que vivir en la casa donde una vez fuimos una familia y ahora no lo éramos, fue difícil. Comíamos alrededor de la misma mesa y dormía en la misma cama, pero la vida era drásticamente diferente. No podía controlar mis circunstancias, pero sí podía hacerme cargo de la perspectiva y de la postura de mi corazón. 

 

Cada noche, mis hijos me oían orar: “Señor, gracias por el techo que nos cubre. Sé que tienes algo para nosotros y esperamos con gran expectación. Gracias por cuidar de nosotros”. Mis hijos acabaron orando oraciones similares en voz alta, y lo hicimos juntos todas las noches del año. 

 

Y como Dios suele hacer, de repente, recibí un correo electrónico de mi agente inmobiliario diciendo que la casa tenía una oferta de compra al precio completo. Inmediatamente entré en línea, y la casa en la que estamos viviendo actualmente, fue la primera que apareció en mi búsqueda de ese día. Estaba recién siendo anunciada después de haber sido construida durante los últimos nueve meses. 

 

Durante nuestra espera, Dios estaba construyendo. 

¡No hace falta decir que nos regocijamos!  

¡Y todavía nos alegramos! 

Nuestra adoración es fuerte y nuestra historia ha sido contada una y otra vez – es un honor compartir esto con ustedes hoy. 

Mi hijo, que en ese entonces tenía siete años, acuñó la frase, que usó como hashtag en línea: #DiosNosConstruyóUnaCasa

Quiero que nuestra historia—la historia de la fidelidad y de la bondad de Dios—, se escuche. 

No tenemos que esperar a que la vida sea buena para regocijarnos. 

Ora por el gozo. Y regocíjate para que todos escuchen. 

 

Kelli

 

Estudio Bíblico Relacionado

Recientes