Nada de lo que Dios hace se hace en el vacío y sin un propósito. ¡Nada! Todo lo que Él hace tiene un plan, un propósito y una intención. Aunque sabemos que Dios tiene todo el control, también está bien preguntar: “Padre, ¿qué estás haciendo?”
Esperanza Contra Todo Pronóstico
El mundo estaba en tinieblas y los corazones de los hombres se habían vuelto al mal. Desde el principio, Dios habia prometido enviar a alguien que salvaría a la humanidad y la restauraría al lugar de realeza y sacerdocio ante Dios. Pasaron años y años y algunas personas perdieron la esperanza de la salvación de Israel. Estoy segura de que algunos también se burlaron de aquellos que todavía tenían esperanza, mientras que otros se olvidaron del Dios de Israel y se volvieron hacia otros dioses.
Pero hubo una minoría que se aferró a la esperanza contra viento y marea, creyó y esperó. Incluso cuando sus cuerpos mortales cedieron, habían enseñado diligentemente esa fe y esperanza a sus hijos y a los hijos posteriores a ellos.
El Resultado de la Esperanza
Simeón era uno de esos israelitas que se aferraban a la esperanza y sus ojos contemplaban al Mesías. Muchas veces, cuando estamos esperando que algo se haga realidad, dedicamos tiempo a soñar cómo será y qué haremos. Me pregunto cómo había imaginado Simeón que sería este momento. No importa qué sueños o esperanzas tuviera, sólo hay una cosa que podemos hacer cuando estamos en la presencia de nuestro Salvador. Respondemos con humildad, asombro ante Dios y alabanza por su carácter guardián del pacto.
No se sabe cuántas veces Simón enseñó acerca de la salvación de Israel. Es posible que incluso haya habido momentos en los que dudó que las cosas fueran a cambiar, especialmente cuando sus opresores fueron duros con él. Pero puedo garantizarles que en el momento en que vio el pequeño rostro de Su Salvador hizo que toda la espera valiera la pena.
Perseverando en la Esperanza
No sé dónde estás ahora ni cuál es tu situación actual. No sé cuánto tiempo has estado esperando algo de Dios: un hijo, un trabajo, un cónyuge, la salvación de tus familiares o amigos, sanidad, un cambio en tus finanzas o un ascenso. Lo que sí sé es que Dios es digno de confianza. Él siempre cumple, así que sigue esperando, confiando y creyendo que lo que Dios te ha dicho y prometido se cumplirá.
La Navidad es evidencia de que Dios responde la oración y cumple Su Palabra. Si Jesús vino, entonces no hay nada que no haga por nosotros de acuerdo con Su Palabra y sus promesas. Si Él lo dice, lo hará. Como Simeón, aférrate a la esperanza hasta que veas el objeto de tu salvación: Jesucristo.
Oro para que la esperanza cobre vida en tu corazón y que Su verdad sea continuamente tu luz guía. Amén.
Shalom,
Ébos