“¡Cuán numerosas son Tus obras, oh Señor!
Con sabiduría las has hecho todas; llena está la tierra de Tus posesiones.
He allí el mar, grande y anchuroso, en el cual se mueve un sinnúmero
de animales tanto pequeños como grandes.”
Hoy estamos ante un salmo de autor desconocido, que poéticamente exalta a Dios como Creador y Sustentador de todo. En él observamos la relación entre Dios y toda Su creación, el cuidado que Él tiene sobre ella y cómo ésta le glorifica.
Al leer, podemos admirarnos de la majestad de Dios, y al contemplar todo cuanto nos rodea, seremos capaces de percibir Sus indiscutibles huellas en el cielo y en la tierra. El Señor se revela a lo largo y ancho de todo lo creado mostrando Su gloria y poderío, pero a la vez Su justicia y fidelidad, cuando toda criatura, grande o pequeña, recibe sustento y gracia, cuando el sol sale sobre buenos y malos cada día.
No escapamos al gobierno y señorío de Dios, sin embargo, aunque la naturaleza sigue el curso que le fue asignado desde el principio, el alma rebelde de los seres humanos se levanta contra el designio divino del Señor.
El pecado nubla nuestra visión y entendimiento, hasta el punto en que dejamos de maravillarnos ante la magnificencia del firmamento, la belleza de una flor, o el funcionamiento de nuestro propio cuerpo, dando todo como merecido o como producto de un logro con esfuerzos propios, y alejándonos de la adoración, el temor reverente y el sometimiento a Dios.
El ser humano busca negar la supremacía del Señor a través de filosofías vanas que promueven como reales, queriendo otorgar valor al azar, o a poderes inmersos en la naturaleza y las criaturas (Rom.1:21-25 ), pero carecen de sustento.
Vemos a nuestro alrededor que esos poderes, derechos, y valores que se proclaman hoy, atacan abiertamente el modelo original de Dios.
Debemos hacernos conscientes de que vivimos ante la presencia de Dios en todo tiempo, y de la responsabilidad que nos otorgó para ser administradores de lo creado. Una antigua frase en latín “Coram Deo” nos ayuda a recordar que estamos constantemente ante Dios y que debemos conducirnos con temor a Él. Coram – en persona, cara a cara, ante los propios ojos, en presencia de Deo – Dios.
El mensaje de esperanza que Dios ha anunciado en Su palabra nos da la respuesta, muestra a Cristo como la fuerza de poder creador y sustentador, de todas las cosas, “…tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen”
Ante esto, adoremos como el salmista, pero examinemos nuestra visión de la creación a la luz de la Biblia. Así podemos acercarnos a Dios a través de Jesús, sabiendo que sólo en Él hay salvación y todo es hecho nuevo.
Padre, te alabo por Tu poder y por la perfección de todo lo que has hecho, gracias por mostrarte a través de ella, y más por la obra de Jesucristo, que me permite acercarme a Ti en adoración. Ayúdanos a estudiar Tu palabra para conocerte más, y que ella sea la que alumbre nuestras sendas en Ti. En el nombre de Jesús, amén.
Gracia y paz
Ileanis Martínez