“Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en sus corazones. Y todo lo que hagan, de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de Él a Dios el Padre. Colosenses 3: 16-17
El objetivo de vestir un uniforme es tener una identidad visible, las instituciones buscan diferenciar a su personal del resto de las personas. Así los creyentes tenemos un vestido especial que nos distingue como seguidores de Jesucristo, y se refleja en el carácter, las palabras y las acciones. Son vestiduras espirituales y, de manera práctica, todos los días debemos lucirlas.
En el contexto de Colosenses 3, en los versos 12 y 14, observamos que el creyente debe “vestir” las virtudes contempladas en la vida de Cristo, y descritas en Su palabra. La misericordia, benignidad, humildad, mansedumbre, paciencia, amor, que Él vivió, y esto sólo es posible para los “escogidos de Dios, santos y amados”.
La segunda parte de la lectura invita a los creyentes a abundar en la Palabra de Dios, a compartir como hermanos, enseñándose, animándose unos a otros a la sabiduría, y a través de la alabanza unidos, con cánticos que brotan de un corazón totalmente agradecido. La letra de estos cantos estaba basada en las Escrituras, así leemos “Salmos”, dirigidos a exaltar directamente el nombre de Dios, e “Himnos” que motivan a la vida espiritual como “cánticos espirituales”
La tercera exhortación que hace el texto está enfocada a “vestir” de una actitud apropiada en Cristo. Que todas las acciones sean dedicadas al Señor, que permanentemente se dé gracias al Padre, para que el Señor sea glorificado.
En este punto, podríamos preguntarnos ¿Cómo podemos hacerlo?
Procurando que la Palabra more en nuestra mente, en nuestro interior. Esto quiere decir que debe estar asida plenamente en el corazón.
Las Escrituras son necesarias en la vida del cristiano, no sólo para transformarnos, también para contrarrestar la apostasía, y para que podamos compartirlas, enseñarlas, usarlas para aconsejar a otros con la sabiduría que sólo Dios puede dar.
Por consiguiente, necesitamos volver a la Palabra, porque tristemente está siendo sacada de nuestros hogares, de las iglesias. Anhelemos ser educados por la Biblia, unámonos para estudiarla, hagamos nuestros devocionales, pero sobre todo vistámonos de ella aplicándola en nuestro diario vivir. Cuando ella habita en nuestros corazones logra armonizar nuestros pensamientos, con nuestras palabras y acciones, acorde a los mandatos del Señor.
Como resultado, nuestras expresiones serán edificantes para quienes nos rodean, además, podremos estar seguros que conoceremos la voluntad de Dios. Por otra parte, el contenido de nuestras canciones será depurado por las Escrituras para llegar a ser verdaderos adoradores, siempre guiadas a una vida de gratitud que testificará Su Nombre.
Amado Padre, cuán valiosa es la fuente de Tu sabiduría, y cuánta necesidad tenemos de ella diariamente. Permite que nuestros labios puedan expresar gratitud y consejos conforme a Tus enseñanzas, que podamos crecer en el conocimiento de Tu voluntad, y honrarte con cánticos santos. En el nombre de Cristo Jesús, Amén.
Erica Cárdenas
Creciendo en su Palabra