¿Y si Dios ha estado orquestando cada uno de los acontecimientos de la vida en preparación para lo que estás a punto de afrontar? ¿Y si éste es tu momento?
Sólo hay una tú. Sólo hay una persona en este mundo con tu personalidad exacta, tu herencia, tus habilidades, talentos y con tus antecedentes. Sólo una persona ha experimentado todas las cosas que tú has experimentado en la vida: las lecciones de la vida, los éxitos, las oportunidades, el sufrimiento y la angustia. Sólo tú.
Dios exprime cada gota de cada situación de tu vida para prepararte para este momento exacto. Ningún momento de tu vida se desperdicia.
No hay coincidencias en el reino de Dios. Estás donde estás ahora mismo por una razón y con un propósito.
Confiando en el propósito de Dios
“Y contaron a Mardoqueo las palabras de Ester. Entonces Mardoqueo les dijo que respondieran a Ester: «No pienses que estando en el palacio del rey solo tú escaparás entre todos los judíos. Porque si permaneces callada en este tiempo, alivio y liberación vendrán de otro lugar para los judíos, pero tú y la casa de tu padre perecerán. ¿Y quién sabe si para una ocasión como ésta tú habrás llegado a ser reina?” (Ester 4:12-14).
Mardoqueo llama a Esther a la acción. Le advierte que su vida corre peligro tanto si decide ayudar a su pueblo como si no. La fe de Mardoqueo descansa en que el Señor librará al pueblo judío a través de quien Él quiera y como quiera.
Le dice a Ester que esta oportunidad es una que Dios puede haber ordenado para ella y una para la que toda su vida podría haber sido destinada. Mardoqueo ayuda a Ester a darse cuenta de que no es una reina en el palacio para sí misma, sino para Dios.
¿Qué tan diferente sería tu vida si creyeras que Dios te ha colocado estratégicamente en tu familia, tu hogar, tu matrimonio y tu lugar de trabajo por una razón, sin importar si es una familia disfuncional, una casa en caos, un matrimonio tenso hasta sus límites o un trabajo sin futuro con compañeros de trabajo hostiles?
Dios te tiene exactamente donde estás para que puedas ser la luz y la esperanza en medio de la oscuridad. ¡Tu momento para brillar y mejorar es ahora!
Confía en los métodos de Dios
Es fácil no ver la mano de Dios en tu vida y subestimar tu posición estratégica simplemente porque no se ve como esperarías. Si no tienes cuidado, puedes permitir que tus miedos, indiferencia, decepción o incluso inseguridades te impidan responder con obediencia a la misión de Dios.
Dios tiene un número infinito de opciones y soluciones para cualquier situación. Él no está limitado por ninguno de los acontecimientos de tu vida. No importa el tamaño o la naturaleza abrumadora de tus circunstancias. La complejidad de las circunstancias no es un obstáculo para Dios. Ni siquiera las personas involucradas pueden detenerlo.
Dios a menudo elige usar a personas imperfectas y circunstancias imperfectas para llevar a cabo Sus planes perfectos. Ni tus fallas, ni tus errores, ni tu pecado pueden negar la capacidad de Dios para cumplir Su voluntad. Cuando Dios llama, puede que digas que no y que Él simplemente llame a otro.
Dios nos concede estas hermosas oportunidades de ser usados como parte de Su plan y propósitos para el mundo. ¡Qué honor y privilegio ser embajadoras de Dios mientras Él extiende Su mano para alcanzar al mundo a través de nosotras!
Confiando en la obra de Dios
El que observa el viento no siembra, Y el que mira las nubes no cosecha. (Eclesiastés 11:4)
¿Es este tu momento?
La vida de cada creyente está marcada con oportunidades que demandan que tomes el riesgo de seguir a Jesús y cumplir Su propósito para tu vida. Porque tú fuiste creada para glorificar a Dios, ¿qué mejor manera de hacerlo que siendo valiente y obediente a Su llamado?
A veces puedes temer el llamado de Dios creyendo que es más de lo que puedes manejar. Sin embargo, es en tu debilidad que Dios se mueve de tal manera para darte poder y para que Él reciba toda la gloria.
Como Ester y Mardoqueo, los creyentes podemos confiar en la fidelidad de Dios y en Su poderosa y extraordinaria obra en nuestras vidas ordinarias. Dios te creó y te llamó para un momento como éste.
Paz y gracia para ti,
Terria
