Paz más allá del Entendimiento

“Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.”

 

Vivimos en un mundo acelerado lleno de estrés y ansiedad. A diario podemos observar personas a nuestro alrededor en una búsqueda constante de paz, felicidad y plenitud, incluso, podríamos ser nosotras mismas.

 

En su carta a los Filipenses, el apóstol Pablo nos habla acerca del afán y la falta de paz, y también acerca del gozo que acompaña a la paz que viene del Señor.

 

El afán en el cristiano indica falta de fe y confianza en Dios. Nos llega cuando no podemos controlar cualquier situación o circunstancia en nuestra vida.

 

La palabra afán proviene del griego merinnao, que significa dividir en partes. Esto significa que nuestra mente se encuentra dividida, divaga en varias direcciones. Cuando nos encontramos en ese estado, no nos concentramos, no somos efectivos, ni productivos, y nos hallamos muy lejos de tener calma.

 

Pablo, estando encarcelado, le escribe a los filipenses que no se afanen. ¡Qué gran enseñanza nos está dando! A nuestros ojos, podríamos pensar que tiene todas las razones válidas para encontrarse en un estado continuo de angustia, pero él aprendió a vivir confiado y deleitándose en el gozo y paz que solo Dios puede dar.

 

¿Existe una salida para el afán y la ansiedad? Claro que sí.  La oración acompañada de las acciones de gracias, son suficientes para reordenar nuestra mente.

La oración nos enfoca en Cristo, todos nuestros pensamientos son ordenados en Él y dirigidos en una sola dirección. Ya no se encontrarán dispersos, sino que serán depositados en manos de nuestro Creador, y nuestra mente será llena de todo lo verdadero, honesto, justo, puro y amable.

 

Todos los creyentes encontramos calma y tranquilidad cuando tenemos una actitud de gratitud, basada en la confianza inamovible de quién es Dios. Y es ahí, donde hallaremos refrigerio y descanso para nuestra alma.

 

Cuando la oración va acompañada de gratitud, Dios nos llena con su paz indescriptible, y ella nos guardará de toda ansiedad, duda, tristeza, temor. Es una promesa, y podemos confiar en que será cumplida.

 

Amado Dios, hoy nos presentamos delante de Ti, con acciones de gracias. Sabemos que sólo en Ti podemos encontrar reposo a nuestra alma, y confiamos en que en Tus preciosas manos estamos seguras. Gracias porque tenemos la seguridad que Tú, oh Señor, nos oyes y respondes a nuestras oraciones, llenándonos de Tu paz y guardando nuestros corazones y pensamientos.

 

Sirviendo a Cristo,

Joana Báez

 

Estudio Bíblico Relacionado

Recibe nuestras actualizaciones

Recientes